Los océanos son el último sumidero para gran parte de los desechos de las actividades humanas. Los ríos arrastran llevan las aguas contaminadas a los mares. Las comunidades costeras liberan las aguas negras sin tratamiento alguno, además de grandes cantidades de desechos sólidos y compuestos químicos contaminantes.
En 1970, la Oficina de Administración de Desechos Sólidos de Estados Unidos informó que este país vacía anualmente al mar cerca de 50 millones de toneladas de desechos, los cuales son llevados mar adentro por buque-tanques o barcazas. No están incluidos los arrastrados por las aguas negras que son descargadas al mar y los arrojados a lo largo de las costas de los océanos Atlántico y Pacífico y el Golfo de México.
Finlandia y Polonia se han quejado continuamente de la contaminación de las aguas profundas del mar Báltico provocada por los desechos industriales arrojados y Francia e Italia cierran periódicamente sus playas debido a la contaminación generada por las aguas negras.
Se dice que los océanos en zonas de aguas profundas pueden diluir, dispersar y degradar grandes cantidades de aguas negras, algunos desechos industriales y petróleo. En esto se presenta una controversia entre los científicos, algunos afirman que es mucho más seguro arrojar al mar en zonas profundas la mayoría de los desechos de las aguas negras y diversos desechos tóxicos y radiactivos que ponerlos bajo tierra o incinerarlos, mientras que otros aseguran que la vida marina es seriamente afectada por éstas actividades.Otros científicos señalan que se sabe menos acerca de las profundidades de los océanos que del espacio exterior, y añaden que utilizar los océanos como vertedero para soportar las consecuencias del derroche de nuestro estilo de vida puede rebasar su capacidad de dilución y renovación. Utilizar los océanos como vertederos de nuestros desechos retrasa la urgente necesidad de prevenir su contaminación.
Los efectos de la contaminación por petróleo
Los
efectos del petróleo sobre los ecosistemas marinos dependen de factores
como: tipo de petróleo (crudo o refinado), cantidad, distancia del
sitio contaminado con la playa, época del año, condiciones atmosféricas,
temperatura media del agua y corrientes oceánicas.
Los hidrocarburos forman con el agua una capa impermeable que obstaculiza el paso de la luz solar que utiliza el fitoplancton para realizar el proceso de la fotosíntesis, interfiere el intercambio gaseoso, cubren la piel y las branquias de los animales acuáticos provocándoles la muerte por asfixia.
El petróleo derramado en el mar se evapora o es degradado en un proceso muy lento por bacterias. Los hidrocarburos orgánicos volátiles matan inmediatamente a varios tipos de organismos acuáticos, especialmente en etapa larvaria. En las aguas calientes se evapora a la atmósfera la mayor parte de este tipo de hidrocarburos en uno o dos días, y en aguas frías este proceso puede tardar hasta una semana.
Utilizar las costas marinas como vaciadero de desechos industriales y otros subproductos de las actividades todavía se sigue haciendo en muchos países desarrollados y subdesarrollados, por lo que la contaminación de las aguas marinas es un problema muy grave. Entre los mares contaminados por este tipo de sustancias que sufren las consecuencias se encuentran el mar Negro, el del Norte, el Mediterráneo, el Adriático, el de Arabia y el Golfo Pérsico.
Solamente Estados Unidos arroja, legalmente en barcos y barcazas, cada año más de 172 millones de toneladas de desechos sólidos en 109 lugares de las costas del Atlántico, del Pacifico y del Golfo de México. Cerca del 80 % de esos desechos son materiales extraídos por dragado de los fondos de los puertos y ríos realizados para mantener abiertos los canales de navegación; el 20 % restante de los contaminantes arrojados por los barcos están formados por desechos del tratamiento de las aguas negras y productos químicos tóxicos. También la Gran Bretaña arroja al océano grandes cantidades de desperdicios contaminantes.
Algunos de los ambientalistas consideran que debe prohibirse utilizar los mares y los océanos como vertederos de desechos industriales y demás productos contaminantes, sin embargo, otros creen que la descarga de los contaminantes a los océanos es más seguro que enterrarlos.
Los países podrían prohibir que las aguas de su jurisdicción sean utilizadas como tiraderos de basura y un tratado internacional podría proteger las aguas internacionales, pero tales medidas son difíciles de hacer respetar debido a grandes intereses de los países.